Lo epistemo-metodológico como guía (parte 2 de 5)
El recorrido espiralado de esta investigación, a través de las oportunidades en las que fue sometida a debate en distintos ámbitos de discusión académica como condición de falsación[1], trazó un camino lógico para habilitar una triangulación teórica que permita develar el dispositivo que da forma a las prácticas de enseñanza del deporte en los PEF. A través de una construcción arqueológica, en el sentido que Foucault piensa la arqueología del saber: “que no se ocupa de describir los conocimientos según su progreso hacia una objetividad, sino de la episteme, de las condiciones históricas de posibilidad del saber” (Castro, E. 2011, p. 40), utilizamos como herramienta lo que Emiliozzi (2017) llama “El método del discurso”.
Se han utilizado como fundamentos teóricos algunas proposiciones de la “transposición didáctica” de Chevallard (1999), en un sentido lato, tomando principalmente la figura de sustitución del objeto[2], también las proposiciones de la “didáctica mínima” de los equipos de estudios de Behares (2004), ambos en un sentido positivo o negativo, según la construcción teórica lo requiera. Anclando la idea de práctica en el sentido que Foucault le otorga: como “prácticas discursivas”, y por consiguiente, como acciones que son atravesadas por el pensamiento y constituidas por los discursos operantes, con un cierto grado de homogeneidad, regularidad y sistematicidad (Castro, 2011). Todo lo anterior desde una idea de sujeto como un supuesto que se constituye en la red de significantes del lenguaje (Edelztein, 2013).
Triangulando con las teorías propias del campo desde la posición de la Educación Corporal como programa de investigación científica. Programa que viene demostrando hace un largo tiempo que no hay práctica sin teoría, ni teoría que no implique una práctica. Corpus teórico que reconoce al deporte como una práctica corporal-cultural que toma por objeto al cuerpo dividido y lo divide (Crisorio, 2020).
A partir de la conjunción de lo expresado operando como fundamentación, la tesis problematiza cual es la episteme operante que concibe la enseñanza de los deportes como dispositivo constructor de prácticas, que construye al mismo tiempo lógicas teóricas que tienen consecuencias sobre el deporte como práctica corporal -como saber-.
Estas decisiones epistemo-metodológica sirvieron para dar cuenta de cómo la formación discursiva enmascarada en el: ser un profesional docente competente, con habilidades para intervenir en el proceso de aprendizaje (INFOD 2009), coloca como centro al sujeto/individuo natural, dentro de un sistema didáctico, y a la Educación Física como contribuyente a la formación integral del ser humano a través del deporte como herramienta. A su vez generaron la posibilidad de proponer un entramado discursivo diferente, hacia una teoría de la enseñanza del deporte que parte desde el núcleo duro de teorizarlo como una práctica corporal -es decir cultural- atravesada y constituida por el lenguaje, que le confiere lógicas y características únicas y particulares. Dejando apreciar que, como práctica de la cultura, nos practican como sujetos y toma por objeto al cuerpo atravesado por la práctica -al cuerpo propuesto por la Educación Corporal más precisamente expresado-.
En la tercera entrega se presentará el entramado de los descubrimientos de cada capítulo y de como ellos condujeron a las conjeturas finales.
[1] “La ciencia progresa gracias al ensayo y el error, a las conjeturas y refutaciones. Solo sobreviven las teorías mas aptas. Aunque nunca se puede decir lícitamente de una teoría que es verdadera, se puede decir con optimismo que es la mejor disponible, de las que han existido antes” (Chalmers 2000).
[2] No en la enseñanza del deporte o de la Educación Física, sino en la construcción curricular que la determinará.