Deporte, gimnasia, juego. Diferencias: Las Reglas.

¿Diferenciar o fusionar? ¿Relacionar o confundir?

Esta entrada propone pensar tres prácticas corporales desde sus características marcadas por las lógicas que operan en ellas y las constituyen como tal. Afirmando que la concepción de una práctica indefectiblemente se traslada, conscientemente o inconscientemente a sus formas de estudiarse, enseñarse y problematizarse.

Se toman sólo algunas características de las prácticas corporales para poder diferenciarlas. Una vez diferenciadas, en próximas entradas se desarrollarán sus relaciones. Diferenciarlas para relacionarlas, tendrá siempre consecuencias muy diferentes al intento de amalgamarlas, fusionarlas, confundirlas, mezclarlas, hacer difusos su limites en las clases, en su estudio y en su enseñanza.

En esta oportunidad se presentan las características (y ausencia) de las reglas en cada práctica corporal.

Las reglas en el deporte: marcan y definen sin posibilidades de variación la lógica de la práctica corporal, la lógica interna está en relación al reglamento del deporte. El reglamento es establecido por la institución que lo regula, llámese federación, asociación, confederación, en cualquiera de sus ámbitos de incumbencia (mundial, Olímpico, provincial, nacional, juvenil, etc.) es un documento escrito que es conocido y acatado por todos, evita la posibilidad de aducir desconocimiento por parte de quienes practican un deporte determinado. Tienen como objetivo brindar igualdad de condiciones, principal función de las reglas en el deporte. Estarán vigentes durante todo el calendario de competencia establecido por la institución. Sólo podrá modificarse por el consenso de la institución que lo regula, o en algunos casos por la organización que está a cargo de una competencia particular. Una vez finalizado un periodo pre determinado, en caso de cambios en el reglamento, éste entrará en vigencia para todos a partir de determinado momento, generalmente en el nuevo calendario de competición. Las reglas entonces son fijas, ningún jugador, entrenador o formador puede modificarlas, estas reglas determinan hasta los errores técnicos, la enseñanza de un deporte debe tener necesariamente en cuenta no sólo las reglas del deporte a enseñar, sino también su característica de fijas e inamovibles, ya que esta característica marca las formas de enseñarse en todo sentido.

Las reglas en el juego: si bien en algunos grupos de estudio e investigación se está dando un debate interesante sobre el momento de la modificación y acuerdo de las reglas en el que las ideas centrales que están discutiendo son, las que entienden ese momento o acción como parte del mismo juego y las que plantean que la modificación y acuerdo se da en un momento de interrupción del juego. Lo que no tiene discusión es que el acuerdo y cambio de las reglas en el juego se asientan en la decisión (por motivos múltiples) de los jugadores o de quien propone jugarlo. La modificación de la regla puede darse en cualquier momento, siempre está movilizada por lo que se genera entre quienes juegan y quien enseña o habilita a jugar, es decir nace de los análisis, deseos y decisión de quienes interactúan mientras se juega. No hay instituciones que medien ni intereses por fuera del propio juego y sus jugadores que impulsen las modificaciones. No se requiere planificación ni establecimiento de fechas o momentos para que ocurran los cambios, éstos son espontáneos y durante el juego (o en sus intervalos según lo expuesto al inicio). Saber de la movilidad de la regla, la forma, el momento y los participantes en sus acuerdos también tiene incidencia directa en su enseñanza, precisamente al igual que en los deportes, pero de manera totalmente opuesta.

Las reglas en la gimnasia: dejando fuera de la discusión los deportes que contienen al término gimnasia en su denominación, ya que estás prácticas son y deben ser analizadas como deporte (gimnasia rítmica, gimnasia deportiva, etc.). Y entendiendo la gimnasia como práctica corporal que se configura por diferentes técnicas, que está regida por su sistematización, que siempre responde a una intencionalidad determinada. La gimnasia como práctica corporal no responde ni se rige o se practica con reglas que tengan incidencia en su configuración. En la gimnasia no funcionan las lógicas del deporte ni del juego, no hay competición, no hay ganadores ni perdedores, no necesita de las reglas, no existen y ésta ausencia forma parte de su caracterización. Es necesario decir que aquello más cercano a “una regla” en gimnasia son los principios fisiológicos de prescripción o evaluación del ejercicio y/o entrenamiento que intervienen en su sistematización, tanto como los saberes sobre uso del cuerpo, pero son principios y saberes que de ninguna manera pueden ser considerados reglas que configuran el enseñar gimnasia. Por consiguiente, así como la inmovilidad de la regla en los deportes y la movilidad en los juegos determina gran parte de su enseñanza, la inexistencia de reglas también lo hace en la gimnasia.

La enseñanza en relación a las reglas: una vez determinada la presencia o ausencia y características de las reglas en cada una de las prácticas corporales, se presentan las consecuencias lógicas que estas diferencias tienen respecto de la enseñanza. Cuando las reglas son fijas y determina las acciones, los objetivos, las situaciones, incluso las técnicas y el error técnico como pasible de sanción, la enseñanza indefectiblemente debe orientarse a mejorar y perfeccionar cada uno de los componentes: acciones en relación a las situaciones en pos del objetivo. La enseñanza debe pensarse en relación a los errores que se observan al momento de la práctica deportiva y su entrenamiento, teniendo como guía la lógica del deporte, que como ya se dijo es básicamente su reglamento. En ningún momento de la enseñanza, el entrenamiento y la práctica del deporte aparece la posibilidad de adaptar o discutir las reglas (sería inútil que apareciera), pasa todo lo contrario, son las reglas las que determinan las decisiones a tomar en relación a la enseñanza y el entrenamiento. Mientras que en los juegos, donde las reglas son móviles y dependen de acuerdos, la enseñanza debe tener muy en cuenta no sólo los mecanismos de acuerdos, sino también el análisis de los motivos y la decisión del cambio de reglas. En la medida que se juega y se enseña a jugar opera continuamente la característica móvil, negociable, de las reglas, esto modela la forma de enseñar, que no se relaciona  ni condice con la forma que toma en los deportes.

Las características constitutivas de la lógica de cada una de las prácticas, con la centralidad que las reglas poseen, habilita y presenta situaciones de enseñanza muy diferentes. La ausencia de  reglas en la gimnasia facilita la adquisición de destrezas a través de la enseñanza de las técnicas de los ejercicios. Esto asegura, entre otras cosas, la posibilidad de evitar técnicas y ejercicios inconvenientes o contraproducentes al momento de poner en juego saberes en relación con la postura, el uso del cuerpo en total relación con formas saludables, inteligentes y no perjudiciales de hacerlo. La no existencia de reglas habilita la detección de errores, la posibilidad de corrección, la repetición, la adecuación del ejercicio en relación a quien lo aprende y realiza sin otro condicionamiento que no sea el saber de la gimnasia. Los tiempos que las reglas imponen en los deportes y juegos, en la gimnasia no operan. Una práctica corporal que se configura con principios y saberes, sin reglas que condicionen a quien aprende y enseña, arma una enseñanza diferente.

Aunque en relación a las reglas (o su ausencia)  con el fin de diferenciar las prácticas corporales, es necesario también hablar de las técnicas y los objetivos en cada una. Desarrollos que estarán a disposición en próximas entregas.

Gustavo Carnevale

**Fuentes consultadas para la elaboración: material producido y derivado del Programa de Investigación Científica: Educación corporal.