Educación Física ¿Sólo en la escuela?

(Parte 1 de 2)

¿De qué vamos a hablar?

En esta oportunidad, en este espacio que va tomando diferentes formatos, ensayo una apreciación con varias preguntas, presento una posible problematización en relación a las prácticas corporales según el ámbito donde se las piensa y analiza, para pensar las consecuencias que esto tiene sobre las prácticas corporales, su enseñanza, el saber y la responsabilidad de quiénes tenemos a cargo la función que la cultura nos ha otorgado…enseñarlas.

¿La Educación Física es solamente aquello que sucede con las prácticas corporales dentro del ámbito del sistema educativo formal? ¿Lo que sucede con las prácticas corporales en los demás ámbitos donde están presentes, no es Educación Física? Si las respuestas son afirmativas ¿Qué es “eso” que pasa fuera de la escuela con las prácticas corporales? Y en consecuencia ¿cuáles son las responsabilidades de los profesores de Educación Física dentro y fuera de la escuela?

Dentro de la escuela, una presencia indiscutible

Tomo el término Educación Física como el hegemónico y generalizado, por lo menos en Argentina y en este tiempo, sin negar ni profundizar que desde sus inicios hasta la actualidad hay posiciones que disputan y disputaron el consenso de cómo llamarla, es así que encontramos términos en diferentes trabajos académicos y en rastreos bibliográficos como: cultura física, educación física y deportiva, educación física deporte y recreación, educación corporal, educación del cuerpo, educación psicomotriz, gimnástica, gimnasia, cómo algunos ejemplos en diferentes registros. Estos intentos de denominación representan concepciones epistemológicas diferentes, han tenido mayor o menor consenso en el transcurrir histórico, a su vez han confrontado posiciones y fundamentaciones en diferentes planos: en el sentido común, en las concepciones para su estudio, en el ámbito de la investigación, en la elaboración de sus contenidos y en la fundamentación teórica. Todas y cada una de estas denominaciones ponen en tensión el constructo Educación Física, pero en esta oportunidad lo tomo en el desarrollo de este aporte para pensar juntos. No es la intención de este escrito adentrarse en esta discusión, pero no puedo dejar de decir que las discusiones y problematizaciones sobre la denominación son fundamentales y necesarias.

La Educación Física partiendo de su génesis global, en la reforma de la gimnástica que Crisorio[1] fundamente amplia y rigurosamente, ha tenido un derrotero particular en Argentina hasta su constitución como disciplina escolar, planteada desde diferentes perspectivas por Galak[2], Aisenstein[3] Scharagrodsky[4], entre otros. Este recorrido generó sentidos afianzándose dentro del sistema educativo formal, quedando prácticamente reducida a ser pensada exclusivamente en el ámbito escolar. Colaboró a consolidar esta idea la obligatoriedad determinada en las leyes que rigen la educación argentina, por lo que hoy es casi imposible pensar en la institución escuela que no contenga la Educación Física en ella. Si la consideramos como una asignatura escolar encargada de enseñar contenidos determinados por las prescripciones normativas: Leyes, diseños curriculares, programas, etc. podemos decir que también la pertinencia de la Educación Física a la escuela se presenta como indiscutible.

Si bien existe una variedad ecléctica sobre qué es aquello que la Educación Física debe enseñar -a mi entender en total relación con la denominación, con los sustentos teóricos y epistemológicos que la sostienen- podemos acordar mínimamente que algunos de esos contenidos son: juego, deporte y gimnasia.

Fuera de la escuela… grises y confusión

¿Y fuera de la escuela? el juego, el deporte y la gimnasia como prácticas corporales son atravesadas por un permanente intento de desvincularlas o diferenciarlas de las que suceden en la escuela. Muestra de esto son los dos fenómenos que recorren desde el sentido común, pasando por el análisis académico y llegando hasta la problematización e investigación. Por un lado, para afianzar una pertenencia y pertinencia que no requiere de ser afianzada, como lo hemos dicho, se ha intentado la adjetivación de “escolar” cuando se habla, estudia, investiga, piensa y decide sobre prácticas corporales dentro de la escuela, ejemplos: deporte escolar, gimnasia escolar, el juego en la escuela, etc. como elemento diferenciador de todo lo que pasaría por fuera del sistema educativo formal. Parece ser una necesidad poder diferenciar las prácticas corporales en la escuela de las que están presentes en los clubes, en las escuelas deportivas, en los lugares de esparcimiento, en los ámbitos comerciales, en el alto rendimiento y en los programas sociales.

El segundo fenómeno es la relación directa con el alto rendimiento, el mercado y la recreación, de todo lo que pasa fuera de la escuela con una fuerte impronta de diferenciación, que en la interacción u operatividad de ambos generan prácticas, se hace, se piensa, se dice, se constituyen dos practicas diferentes. Desprendiéndose por consiguiente dos formas de enseñar diferente, que responsabiliza a quien las enseña con diferente carga de responsabilidad, esto también opera sobre el saber a transmitir.

Atravesadas así por estas diferencias, las prácticas corporales, su enseñanza, la responsabilidad de quienes la enseñan, y la relaciones entre estos conceptos, se constituyen en muchos aspectos hasta opuestas, aunque paradójicamente al mismo tiempo se genera una difusa y confusa posibilidad de diferenciarlas, en la medida que entran en juego conceptos como: formativo, de formación, educativo, mini deporte, recreativo, no competitivo y algunos otros, como herramientas de caracterización y actúan en la conceptualización de las prácticas corporales fuera del ámbito escolar.

¿Entonces…?

Declaradamente desde el sentido común, pero sabiéndolas influenciadas desde los otros planos mencionados al inicio de este ensayo, nadie que forme parte de la Educación Física puede negar que escuchamos afirmaciones como las siguientes, que tomo como ejemplos representativos de muchas otras:

  • El deporte en la escuela y en las categorías formativas son prácticas educativas, por lo tanto, nada tienen que ver con el deporte de alto rendimiento.
  • La gimnasia en la escuela es una cosa, y otra muy diferente es lo que pasa en un gimnasio.
  • Una cosa es jugar en la escuela, y otra es jugar fuera de ella para divertirse u ocupar el tiempo libre.

Afirmaciones a las que se me ocurre preguntarles:

¿Los entrenadores de alto rendimiento deben renunciar a educar, a enseñar a sus deportistas las formas de relacionarse con los demás como miembros de una sociedad armónica, pacífica, no violenta y plural? ¿Cuando se entrena deporte de alto rendimiento no se enseña nada? ¿Para que sea formativo o educativo el deporte en la escuela, debe renunciar a la competencia o las reglas del deporte practicado, cuando en realidad esto es lo que lo constituye como tal? ¿El rol de entrenador es contradictorio al de formador, o el de formador debe ser inherente al de entrenador? ¿Es posible enseñar deporte sin pensar en sus objetivos, reglas y lógicas? Por ejemplo: en el deporte de alto rendimiento gana quien más puntos hace dentro de lo permitido reglamentariamente ¿En la escuela para que sea educativo gana quien menos puntos hace, o se cambia una regla para un equipo y no para el otro con el objetivo que aprendan mejor? ¿En los gimnasios se entrena y no hay nada por enseñar de la gimnasia, para que el entrenamiento cumpla con sus objetivos? Por ejemplo: ¿Las flexiones y extensiones de los segmentos corporales en los ejercicios de gimnasia en la escuela son diferentes a los de un gimnasio? ¿En el gimnasio la flexión de rodilla actúa sobre los cuádriceps y en la escuela sobre los bíceps? ¿En el gimnasio las variables de carga e intensidad son esenciales para el mejoramiento de la fuerza, mientras que en la escuela la fuerza se mejora por algún factor desconocido? ¿Educar y mejorar la postura como saber de la gimnasia en la escuela, no tiene sentido en el gimnasio como lugar donde se entrena?

Si pensamos en el juego ¿Mientras se juega fuera de la escuela para recrearse, está permitido que los participantes agredan a los jugadores del otro equipo, actitud que se trabaja para que no pase en la escuela? ¿Como es un juego y es divertido, no es necesario enseñar a jugar? Por ejemplo: quien juega fuera de la escuela ¿no necesita aprender a jugar mejor para sentir ganas de seguir jugando? ¿En la escuela se busca el consenso sobre las reglas y la trampa, mientras que fuera de la escuela la trampa es castigada con expulsión del lugar de juego y las reglas están determinadas por una institución por lo tanto no se pueden modificar? ¿Es posible aprender a jugar fuera de la escuela, sin que nadie enseñe a hacerlo, mientras que en la escuela es necesaria la intervención del profesor para aprender a jugar?

Sería casi interminable la elaboración de afirmaciones y preguntas que se les puede hacer a ellas. Si realmente se sostienen algunas de las diferenciaciones que se pretenden, las responsabilidades de quienes enseñan prácticas corporales se presentan completamente distintas. Ya que las diferencias actúan como covariantes en relación a la función, la responsabilidad y el saber a poner en juego por parte de quién las enseña.

Hasta el momento, dejando fuera: la organización, el rendimiento exigido, las variables de ejercicios elegidos, algunos objetivos fisiológicos -todos elementos que no representan la estructura, la lógica, ni la enseñanza de una práctica corporal- no encuentro fundamentos lógicos ni teóricos que puedan sostener las diferencias entre lo que pasa dentro, y fuera de la escuela.

En una próxima entrada el desarrollo y fundamentación del porqué elijo posicionarme y “plantar bandera” en romper estos intentos de diferenciación, ya que de hacerlo, las relaciones entre las prácticas corporales, el saber que la atraviesa, su enseñanza, el rol y responsabilidad de quiénes tiene la función de enseñarlas, se conforman de una manera muy distinta.

Gustavo Carnevale


[1] Para ampliar ver capítulo: Educación Física en: Estudios Críticos de la Educación Física. 2009, Al Margen.

[2] Para ampliar ver capítulo: Herbert Spencer y la pedagogía integralista, Influencia en los inicios de la Educación Física en Argentina en. Cuerpo y Educación Física. 2013, Biblos.

[3] Para ampliar ver capítulo: Cuerpo escuela y pedagogía. Argentina, Siglos XIX y XX en: Tras las huellas de la Educación Física escolar argentina, Cuerpo, género y pedagogía 1880-1950. 2006, Prometeo.

[4] Para ampliar ver capítulo: La constitución de la educación física escolar en Argentina. Tensiones, conflictos y disputas con la matriz militar en las primeras décadas del S XX en: La invención del “homo gymnasticus”. 2011, Prometeo.